
¿POR QUÉ SIEMPRE
TENGO HAMBRE? FORMAS DE HAMBRE, RAZONES Y CÓMO CONTROLAR EL HAMBRE
EXCESIVA
“¿Por qué
siempre tengo hambre?” Tener hambre es una buena señal: es un instinto
humano natural. Si el metabolismo funciona normalmente, el hambre se
manifiesta a intervalos regulares a lo largo del día. Tener hambre todo el
tiempo, incluso inmediatamente después de una comida, por otro lado, indica que
hay algo mal con su ingesta nutricional o bienestar psicosocial. ¡Y eso
puede ser realmente molesto! En esta publicación, analizamos los síntomas,
las causas y las soluciones para el hambre constante.
RECUERDA: EL
HAMBRE ES UNA BUENA SEÑAL
En un mundo
que valora la delgadez, la 'alimentación saludable' y el ejercicio, es fácil
pensar que comer más de tres comidas -mejor si son instagrameables y
quizás un snack al día equivale a comer en exceso.
Los
influencers inundan las redes sociales con publicaciones de "lo que como
en un día", promoviendo comparaciones injustas de alimentos e ingesta de
alimentos. Escuchamos que hay "comida buena" y "comida
mala", por lo que creamos un sentido de moralidad que termina, aunque sea
inconscientemente, afectando nuestras elecciones alimentarias. Bueno,
aclaremos: comida es comida. Los adjetivos bueno y malo no
caracterizan a los alimentos, porque: para funcionar, tu cuerpo necesita
los nutrientes que se encuentran en los alimentos.
Cada cuerpo
es único y también deberían serlo tus hábitos alimenticios: lo que alguien come
no debe dictar lo que tú comes.
más
inteligente que social
Sea
inteligente: no confíe al 100% en las redes sociales para entender acerca de
los alimentos. Aprender a escuchar las sugerencias del propio cuerpo y,
por lo tanto, tomar decisiones inteligentes sobre los alimentos es más
eficiente y saludable.
MIEDOS Y
CREENCIAS POPULARES
Antes de
hablar sobre cómo controlar el exceso de comida, debemos aclarar que algunos
temores comunes sobre “comer demasiado” se basan en creencias populares y
pueden ser irracionales. Vamos allá:
- Comer más de lo que creemos que
es físicamente necesario de vez en cuando no diagnostica a un paciente con
trastorno por atracón.
- Comer en exceso por practicidad
en ocasiones ocasionales no es necesariamente un mal hábito. Ejemplo:
fiestas o cuando comemos, aunque no tengamos hambre porque la próxima
oportunidad de comer será mucho más tarde.
- Comer porciones más grandes de
lo que se considera suficiente (o socialmente aceptable) no está mal y no
debe ser motivo de vergüenza, especialmente cuando sentimos que
necesitamos esa cantidad.
- No hay comida buena o
mala. Cada alimento tiene una composición nutricional única que puede
ayudar a cubrir las necesidades del organismo.
- Comer no es una cuestión moral:
es una necesidad física.
- Seguir dietas restrictivas no es
una demostración de fuerza: una persona no es “más fuerte” que otra por
mantener una dieta estricta. Esto incluso puede ser contraproducente
y conducir a una mala educación alimentaria porque ignoramos los signos
naturales de hambre/necesidad nutritiva del propio cuerpo.
- Cada persona tiene un código
genético único, nivel de condición física, tipo de cuerpo, percepciones y
deseos. No existe una razón científica por la que una persona deba
comer la misma cantidad de alimentos o comer de la misma manera que otra
persona.
- Nuestros cuerpos y mentes
cambian cada hora, día a día, mensualmente y anualmente. Lo mismo
debería ocurrir con nuestra alimentación, para estar al día con las
necesidades del cuerpo y la mente. Así que ser flexible con la comida
es ser honesto y consecuente contigo mismo.
Ahora
hablemos ahora de lo que realmente significa tener hambre.
¿QUÉ ES EL
HAMBRE? EXPLICACIÓN NEUROBIOLÓGICA
La grelina
es la “hormona del hambre”. Producido por el estómago y el intestino para
señalar que el cuerpo necesita nutrientes. Los nutrientes son los
componentes de los alimentos que ayudan al funcionamiento del organismo, se
clasifican en tres macronutrientes y varios
micronutrientes. Cuando el cuerpo recibe los nutrientes que necesita,
libera leptina: la hormona que señala la saciedad. Tanto la grelina como
la leptina existen en el cuerpo durante las comidas y cuando no se come, pero
en diferentes cantidades. Las personas que comen con regularidad tienen
fluctuaciones naturales en la grelina y la leptina, lo que significa que
sienten hambre y saciedad con mayor frecuencia.
FORMAS DE
HAMBRE: HAMBRE FISIOLÓGICA, HAMBRE SOCIAL Y HAMBRE ESPECÍFICA
El hambre se
presenta de muchas formas y, por lo tanto, es importante observar qué comemos,
cuánto comemos y con qué frecuencia comemos. Comprender los tipos de
hambre que sentimos es esencial para mejorar los hábitos alimenticios,
especialmente aquellos que tienen demasiada hambre.
- Hambre fisiológica: hambre
debida a la necesidad real de nutrientes. El vientre comienza a
"gruñir", aumenta la sensación de estómago vacío. Si el
hambre no se satisface pronto, comienzan a aparecer otros síntomas como
dolor de cabeza, dificultad para concentrarse, debilidad y agotamiento.
- Hambre social: anhelo de
alimentos relacionado con contextos sociales, como una reunión social
después del trabajo, una fiesta de cumpleaños, palomitas en el cine,
comedor social en días fríos, etc.
- Hambre específica: deseo de
comer algo específico. Este es un aspecto emocional relacionado con
el hambre fisiológica. Ejemplos: comer papas fritas porque quieres
masticar algo crujiente, o helado porque quieres algo frío). El deseo
de masticar algo es un patrón humano natural. Masticar caña de
azúcar es, por ejemplo, una forma de satisfacer este deseo en algunas
culturas, al igual que masticar chicle.
13 CAUSAS
DEL HAMBRE EXCESIVA Y CÓMO CONTROLARLA
Ahora que
sabes qué es el hambre y cuáles son los tipos de hambre más comunes, aquí
tienes 13 razones que pueden justificar el exceso de hambre y qué hacer para
controlarla.
1. NECESITAS
AGUA
Causa: El
hipotálamo (parte del diencéfalo y el centro de control más importante del
sistema nervioso autónomo) regula tanto el hambre como la sed. Mucha gente
piensa que podemos confundir la sed con el hambre porque ambas están
controladas por el hipotálamo. Sin embargo, esto es solo una creencia
científicamente no probada. Un estudio en animales mostró poca evidencia y
ningún estudio concluyó que tal fenómeno existe en humanos. Sin embargo,
tener sed puede hacer que las personas deseen menos ciertos tipos de alimentos
(como los alimentos secos) y, además, tener sed afecta el rendimiento
físico y cognitivo, lo que genera antojos de nutrientes que compensan la
fatiga.
Cómo
controlar: beber suficiente agua durante el día. Beber un vaso de agua
antes de una comida, o beber agua cuando se trata de no comer bocadillos, es
probable que aumente el hambre. No se dé la oportunidad de dudar de las
señales de hambre, o incluso trate de engañar al hambre y mantenerse hidratado.
Coma
refrigerios y comidas con alto contenido de agua, como frutas y verduras, y con
proteínas y granos. Por ejemplo, este cremoso pudín de chía con mango
y leche de coco es delicioso e hidratante.
2. CAES EN
LA TENTACIÓN DE LAS REDES SOCIALES
Causa: La
comida también es una obsesión social y está bien representada en las
deliciosas fotos de Instagram. Bueno, la tentación de la pornografía
gastronómica es real. Los estudios demuestran que ver comida
está relacionado con el deseo de comer.
Además, la
mayoría de nosotros nos desplazamos por las redes sociales sin parar cuando ya
estamos aburridos, cansados o buscando una distracción. ¿Qué más
satisface estas necesidades emocionales? ¡Comer! Las imágenes de
comida en las redes sociales o la televisión nos atraen cuando estamos
predispuestos a buscar alivio emocional.
Cómo
controlar: Comience por evitar las redes sociales en momentos de compromiso
emocional. Si ve imágenes de comida, permítase apreciarlas como una forma
de arte, reconozca que cualquier hambre mental que pueda experimentar al ver
una imagen de comida puede ser química (en lugar de fisiológica). Y si
decides merendar, está bien, pero come con inteligencia y sin
culpa. Reflexiona después: ¿comer esto satisfizo el deseo o
no? Guarde estos datos como referencia para futuras tentaciones de
"pornografía alimentaria".
el poder de
la imagen
Apreciar bellas
imágenes de alimentos ocasionalmente es algo natural para los
humanos. Pero, la incapacidad de mirar hacia otro lado y buscar esas fotos
con demasiada frecuencia podría ser un signo de una obsesión por la
comida. Preocuparse por la comida puede ser un signo de desnutrición o de
un trastorno alimentario.
3. COMES
IRREGULARMENTE
Causa: Es natural
que la ingesta calórica varíe de un día a otro. El método de obtener una
cierta cantidad de calorías o macros todos los días se está reemplazando por
objetivos de ingesta semanales y mensuales (especialmente para las
mujeres). Sin embargo, los hábitos alimenticios irregulares pueden cambiar
la sensibilidad del estómago a los alimentos.
Si comemos
varias comidas copiosas seguidas, nuestro estómago puede sintonizarse con una
sensación diferente de saciedad. Por otro lado, si solo comemos comidas
pequeñas, nuestro estómago puede decirnos que está lleno antes de que hayamos
recibido suficientes nutrientes.
Cómo
controlar: Procura comer de forma intuitiva antes de iniciar una
dieta estricta. Hemos desaprendido a escuchar nuestro cuerpo y comprender
las señales de hambre a lo largo de los años, pero podemos volver a aprender
con la práctica de la alimentación intuitiva. Generalmente, los que comen
intuitivamente no comen demasiado ni demasiado poco.
Si comiste
demasiado un día, por ejemplo, no intentes restringir la cantidad de calorías
al día siguiente: esto confunde al cuerpo y es
contradictorio. Probablemente, el día después de un día en que comemos
más, naturalmente tenemos ganas de comer menos. Sin embargo, no intentes
comer menos a propósito al día siguiente para "compensar".
Si no tienes
mucha idea de la (ir)regularidad de tus alimentos, prueba a hacer un diario
(log), también existen apps para registrar las comidas. Anotar las comidas
diarias suele ayudar a analizar la rutina diaria, mensual, semanal y crear más
conciencia sobre los hábitos alimenticios.
Sin embargo,
¡cuidado! Esta forma de monitoreo no debe usarse para restringir o
controlar los comportamientos alimentarios. Presta atención a tu consumo
diario de micro y macronutrientes y a los momentos del día en los que
meriendas. Esta información es para ayudarlo a elegir qué comer en el
futuro.
3 + 1 o 2
Tres comidas
principales y tal vez uno o dos refrigerios al día es la mejor manera de
mantenerse lleno.
4. DUERMES
POCO
Causa: la
falta de sueño influye en el hambre y la ingesta de alimentos. Dormir muy
poco puede reducir la cantidad de leptina, la hormona que te hace sentir
lleno. El sueño inadecuado también puede aumentar la cantidad de grelina,
la hormona que estimula el apetito.
Además, la
falta de sueño se asocia a menudo con el aumento de peso: las personas que
duermen poco también tienen dificultades para controlar su ingesta y controlar
los impulsos del apetito. Esto afecta especialmente a las personas durante
períodos de gran estrés; Dormir poco y tener mucho estrés son predictivos
de patrones de atracones de comida.
Aquí
hay una calculadora de sueño que puede ayudarlo a comprender sus
ciclos de sueño.
5. ESTÁS EN
LA FASE LÚTEA
Causa: A
diferencia de los hombres, los cuerpos de las mujeres operan en un ciclo de
aproximadamente 28 días. Según la fase del ciclo en la que se encuentre,
la mujer acaba comiendo más o menos.
La fase
lútea ocurre aproximadamente una semana antes de la menstruación. Los
cuerpos de las mujeres trabajan más en este momento, por lo que tienen
una tasa metabólica basal más alta y necesitan más alimentos para
obtener energía.
Cómo
controlar: ¡conoce tu ciclo y aliméntalo! Obtenga muchos alimentos ricos
en nutrientes durante la fase lútea (aquí hay algunas ideas de qué hacer). Satisfacer
tu antojo de algo menos nutritivo también te ayuda a evitar volver a la
nevera. Si te apetece chocolate, ¡cómelo! El cuerpo sabe lo que es
mejor.
6. INTENTAS
COMER "SALUDABLE" DE TODOS MODOS
Causa: No
es tan sencillo definir los alimentos como “saludables” o “limpios”. Por
supuesto, algunos alimentos están más procesados que otros, pero eso no los
hace necesariamente menos saludables. Por ejemplo, los cereales sin
procesar pueden contener un antinutriente que inhibe la digestión de algunas
vitaminas. ¿Y qué es un alimento “limpio”, de todos modos? Por
ejemplo, la mayoría de los alimentos "limpios" pueden contener
proteína en polvo, que está altamente procesada, a menudo con productos
químicos de laboratorio.
Cómo
controlar: los alimentos “limpios” o “saludables” no siempre son la mejor
opción. Los analistas de comportamiento clasifican los alimentos comunes
según un índice de saciedad, tanto alimentos "limpios" como "no
saludables".
La mayoría
de las personas también tienen su propio índice de saciedad interno. Por
ejemplo, ¿le gustan más las batatas que las papas regulares? ¡Entonces las
batatas son probablemente más saciantes para ti! Los estudios muestran que
cuando las personas comen los alimentos que realmente los satisfacen, a menudo
comen menos.
Cómo
controlar: ¡honra tu hambre! Si, a pesar de disfrutarlo mucho, estás
evitando el cereal con leche por la mañana porque has oído que no es saludable,
puedes terminar comiendo una manzana… y una barra de granola… y zanahorias con
hummus… y luego otra manzana.
Si te
hubieras comido el tazón de cereales en primer lugar, probablemente habrías
consumido menos calorías. Y no sentirías hambre todo el tiempo. Comer
lo que quieres no es "ceder a tus deseos".
7.
TOMAS MEDICACIÓN
Causa: Ciertos
medicamentos, como los antidepresivos, pueden estimular el apetito y el
hambre. Siempre consulte a expertos médicos o psiquiatras sobre los
efectos secundarios de los medicamentos farmacéuticos y las soluciones de
afrontamiento.
Cómo
controlar: Coma más proteínas y alimentos nutritivos de baja densidad
(como frutas y verduras). Los estudios muestran que cantidades más altas
de proteína conducen a un porcentaje más favorable de grasa corporal . Comer
frutas y verduras a lo largo del día puede ayudar a satisfacer la necesidad de
comer poco natural. Practique ejercicio físico para ayudar al cuerpo a
metabolizar el exceso de calorías en músculos funcionales.
Está tomando
el medicamento por una razón, por lo que está bien cambiar su dieta para
adaptarse a la situación. Concéntrese en el premio (salud general) y
ajuste su estilo de vida. ¡Estás en el camino correcto!
8. NO
COMES SUFICIENTES PROTEÍNAS
Causa: mientras
que la mayoría de las personas comen proteínas durante el almuerzo y la
cena, rara vez las agregan a sus refrigerios y desayunos. Los estudios
muestran que un mayor consumo de proteínas conduce a una mayor saciedad y una
reducción en las calorías totales.
Actualmente,
los científicos están investigando la teoría del apalancamiento de proteínas,
que establece que nuestro cuerpo no activa la leptina hasta que recibe
suficiente proteína. Si esta teoría es correcta, la sensación de saciedad
sólo aparece con la ingestión de una cantidad suficiente de proteínas.
Cómo
controlar: Primero, determine la proporción de proteínas / carbohidratos /grasas
que es probable que necesite. Las reglas generales para los
macronutrientes son: 30 % de proteínas, 30 % de grasas y 40 % de
carbohidratos. Trate de obtener de 20 a 30 gramos de proteína por comida y
15 gramos para los refrigerios.
Punto de
referencia, Una porción de pechuga de pollo a la parrilla contiene un promedio
de 20 a 30 gramos de proteína.
Si tiene
mucha hambre, hace mucho ejercicio, trata de desarrollar músculo o tiene bajo peso, puede aumentar
su ingesta diaria de proteínas al 40%. Sea creativo con sus comidas,
combine proteína vegana y vegetariana con
proteína animal para facilitar la adición de proteína a bocadillos y comidas.
9. NO COMES
SUFICIENTE FIBRA
Causa: La
fibra es uno de los elementos más saciantes de los alimentos, además de influir
en la salud gastrointestinal y metabólica. Digerir fibra (y
proteínas) es más difícil para el cuerpo, lo que significa que quema algunas
calorías en el proceso de digestión. Dado que los alimentos ricos en fibra
permanecen en el intestino por más tiempo, también se sentirá "lleno"
por más tiempo. Investigaciones recientes analizan el papel de las
bacterias naturalmente saludables en los cereales integrales (ricos en
fibra). Y parece que un bioma intestinal saludable contribuye a un cerebro
saludable.
Dado que
comer en exceso está relacionado con la inestabilidad emocional, ¡la fibra
puede ser una buena herramienta contra el hambre constante!
Cómo
manejarlo: Reemplace algunos de sus frijoles regulares con más opciones
llenas de fibra. Aquí hay algunos excelentes reemplazos:
- Alforfón, trigo bulgur o quinoa
en lugar de arroz blanco
- Pan de nueces o avena en lugar
del pan tradicional
- Acompañando frijoles en lugar de
un bagel
- Agregue frutas y nueces a la
avena regular
- Espolvorea semillas (sésamo,
linaza, chía) por todo
- Coma las verduras con piel (es
decir, pepino, calabacín, etc.)
10. ELIMINAS
GRUPOS DE ALIMENTOS
Causa: Los
estudios han demostrado que las personas que eliminan grupos completos de
alimentos (p. ej., no comen pan o no comen productos que contienen gluten)
tienen menos probabilidades de mantener patrones de alimentación saludables.
Cuando las
personas caracterizan los alimentos como "malos" o
"buenos", tienden a perder el control de la decisión
alimentaria. Las creencias dicotómicas sobre los alimentos y el comer
están relacionadas con la restricción estricta de alimentos, lo que impide la
capacidad de una persona para mantener un peso y una ingesta de alimentos
estables a largo plazo.
Cómo
controlar: Tómese un tiempo para evaluar sus reglas sobre la comida y la
alimentación. ¿Crees que debes evitar ciertos alimentos, incluso si tu
cuerpo y tu mente los desean? ¿Cómo afecta esto su incapacidad para decir
“no” a otros bocadillos o para “detenerse” cuando los come? Si siente que
está restringiendo ciertos alimentos o grupos de alimentos, intente integrarlos
en su dieta. Es posible que descubra que come menos de todo cuando come lo
que su corazón, estómago y mente anhelan.
11. COMES
EMOCIONALMENTE
Causa: la
comida reconfortante no es solo una creencia popular; los seres
humanos están programados para anhelar comida sabrosa. Pero no siempre es
fácil separar las señales de hambre emocional de las señales de hambre
fisiológica, especialmente en momentos de estrés, aburrimiento o fatiga. Puede
ser más fácil comerse nuestros problemas que enfrentarlos. Y muchos de
estos impulsos emocionales ocurren de manera subconsciente.
Los
terapeutas reconocen que los humanos tienen emociones primarias y
secundarias. Las emociones primarias son, por ejemplo: ira, miedo,
tristeza, asco, sorpresa, anticipación, confianza y alegría. Son lo que
sentimos en relación a un evento externo. Las emociones secundarias son
sentimientos sobre sentimientos. Las emociones secundarias pueden ayudarnos
a lidiar con una emoción primaria al distraernos, tomar medidas o cambiar
nuestra perspectiva.
Por ejemplo,
puede sentirse triste por la pérdida de un familiar. En lugar de sentarte
con este sentimiento, puedes usar la comida o el hambre como una forma de
alivio. Prefieres sentir la comida que sentir la emoción inicial, y el
acto de comer nos da una sensación de control y acción.
Cómo
controlar: observe las señales de hambre para determinar si son señales
fisiológicas, sociales o emocionales. Si no tienes sensaciones físicas de
hambre, no estás con amigos en la mesa de un bar y masticar chicle no te
satisface, tu apetito puede estar relacionado con problemas
emocionales. Si es así, confronte el sentimiento antes de ir a la
nevera. También puede usar un diario para escribir sus
pensamientos. Pregúntate: ¿cómo me siento? ¿De dónde viene este
sentimiento? ¿Comer ayudará? ¿Qué más puede ayudar también?
Piense en
aprender nuevas formas de lidiar con los sentimientos. Las técnicas de
confrontación emocional probablemente conducirán al sentimiento
original. Si el sentimiento es miedo, puede acurrucarse en una manta y ver
una película más ligera. Si es ira, una sesión intensa de HIIT puede
ayudar. Si es alegría, puede llamar a alguien y compartir las buenas
noticias. Un paseo ligero con un amigo puede aliviar las
penas. Solo tú puedes saber cómo calmarte: puede estar comiendo, o puede
estar haciendo otra cosa. ¡Date un poco de espacio para explorar tácticas
de sanación emocional!
12. COMES
INCONSCIENTEMENTE
Causa: los
que comen conscientemente están involucrados en el acto de saborear, masticar e
ingerir las comidas. Lo contrario a esto es comer inconscientemente: comer
despreocupado o rápido. A la mayoría de las personas les toma alrededor de
20 minutos identificar la glucosa en los alimentos. Cuando se reconoce la
glucosa, se libera leptina y aparece la sensación de saciedad. Comer
mientras mira televisión, camina, conduce o hace otras cosas puede distraerlo
de las sensaciones físicas de saciedad.
Cómo
controlar: estar presente en tus comidas, es decir, comer sin
distracciones. Es cierto que la mayoría de nosotros aprovechamos la hora
de la comida para entretenernos y distraernos, como charlar con la pareja o
ponernos al día con las noticias del día. Aquí hay algunas formas más de
comer con atención, incluso cuando se combina con otras actividades:
- Baja los cubiertos de vez en
cuando para que tu estómago tenga tiempo de digerir.
- Comentar o reconocer el sabor,
el olor y la textura de los alimentos.
- Silencie los comerciales o haga
una pausa entre videos para ver si se siente lleno.
- Limítese a una cierta cantidad
de distracción; por ejemplo, pase solo 10 minutos en las redes sociales,
mire solo un video de YouTube o limite la lectura a temas de noticias.
13. TIENES
MUCHA HAMBRE
Causa: Meses
y años de nutrición inadecuada pueden conducir a un diagnóstico clínico de
hambre extrema. La mayoría de las veces, ocurre después de una dieta o una
dieta deficiente, pero también puede ser causada por desnutrición a largo plazo
(como el vegetarianismo mal ejecutado).
Cuando está
desnutrido, el cuerpo produce más grelina. A medida que esta necesidad
continúa siendo negada o insatisfecha, se libera menos leptina. Eventualmente,
el cuerpo experimenta una adaptación metabólica. Para conservar energía,
deja de producir grelina y deja de enviar señales de hambre que consumen
energía, como un estómago gruñendo.
El cuerpo se
adapta y puede funcionar mejor con menos calorías, pero esto se logra a
expensas de la vitalidad. Succiona la energía de las células cerebrales y
los músculos. El infame estudio de semi-hambre de Minnesota muestra que
las personas desnutridas se vuelven obsesivas con la comida, menos coherentes y
físicamente incapaces.
Desafortunadamente,
la adaptación metabólica tarda en revertirse. Inicialmente, cuando se
vuelven a consumir suficientes calorías, el cuerpo las almacena todas como
grasa porque cree que está en un estado de inanición. Agarra lo que puede
conseguir y atesora.
Cómo
manejarlo: si sospecha que puede estar sufriendo de hambre extrema,
consulte a un nutricionista profesional para que lo ayude con la recuperación
metabólica.
En este
caso, es mucho más importante escuchar las sugerencias de alimentos del propio
cuerpo. Durante la recuperación, al principio se come con más frecuencia
y, poco a poco, el cuerpo encuentra el equilibrio, establece un nuevo peso,
deja de almacenar grasa, recupera el envío correcto de señales de hambre y
convierte la grasa en músculo.
Tener hambre
todo el tiempo no es una señal de que tu cuerpo esté enfermo o
confundido. Es una señal de que tu mente o tu cuerpo están insatisfechos y
piden más.
Puede ser
que no esté recibiendo suficientes alimentos o nutrientes. También podría
ser que no esté durmiendo lo suficiente, descansando o dejándose llevar
emocionalmente. Si ignora el impulso del hambre, está ignorando una
demanda de atención, que solo se volverá más intensa e insistente hasta que sea
satisfecha. Y si nunca estás satisfecho, el cuerpo comienza a reorganizar
el hambre, las hormonas y el metabolismo, apagándose.
Tener hambre
y picotear constantemente no es lo mismo que comer en exceso. No tenga
miedo de "exagerarse" si tiene hambre después de comer y quiere
volver a comer. Tal vez realmente solo necesites comer, o tal vez solo
reflexionar sobre algunos sentimientos. Los pensamientos rígidos a menudo
conducen a conductas alimentarias más compulsivas.
Intente cambiar su dieta para obtener más nutrientes a lo largo del día, a través de comidas y refrigerios. Elija alimentos balanceados con proteína, fibra y grasa. Cuida tu salud mental del mismo modo que cuidas tu dieta. Ten curiosidad, la capacidad de perdonar y observar tus impulsos. ¡Escucha a tu cuerpo, no a la cultura de las dietas adelgazantes!
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